Para no olvidar...

Todos los seres humanos nacemos siendo originales y únicos. Lamentablemente muchos mueren copias. A.L. - Haz lo tuyo, siempre.

lunes, 18 de abril de 2011

Sapos por príncipes y mujeres gordas

A las mujeres se nos tiraron la vida compañías como Disney, Pixar, Fox y seguro que muchas se me escapan. Los Hermanos Grimm, célebres autores por sus cuentos infantiles, también aportaron a la causa. Y es que ¿a quién no le leyeron Hansel y Gretel o Caperucita Roja? O peor aún ¿quién no ha visto estos cuentos en las mañanas de los canales nacionales? Todos estos dibujitos bellos con finales felices, largos vestidos y largos cabellos no son más que fantasía y allí deberían quedarse, pero lastimosamente somos víctimas de esto. La mayoría de mujeres andan en búsqueda de un esposo, novio, pareja, amante, tinieblo, puchurrumi o llámese como se quiera: perfecto, lindo, apasionado, carismático, atractivo, delicado, masculino, moreno de ojos verdes, así o asá.


!!Pfff!!! Tonterías, que siempre terminamos eligiendo el que tiene las menores o peores cualidades.


Es que nos jodieron con lo de “príncipe azul” y nos jodieron con lo de “mujer perfecta”.


A ver niñas, seamos consientes: Zac Efron es más un Kent que un ser humano, Robert Pattinson solo se ve lindo maquillado pálido y con ojos rojizos, no hay hombres perfectos ni mujeres mucho menos. Todos nacen, crecen, se reproducen y mueren. No vivimos en la época feudal como para ser rescatadas de las torres. Los estilistas no nos dejan crecer el cabello porque está out, así que creo que Rapunzel fue la única de buenas. No tenemos que ser madres, amigas, amantes, ejecutivas, profesionales y todo lo demás, junto, mezclado, a la velocidad de la luz y en el avión fantasma de la Mujer Maravilla.


¿Y a dónde queda nuestra felicidad? ¿A dónde queda lo que nos importa? ¿A dónde queda nuestra esencia?


¡Ahhh! Tranquilas, que aún no he mencionado que todas alguna vez hemos estado o vamos a hacer una dieta, porque estamos destinadas para hacerla. Ahora los hombres no hacen nada, porque no los dejamos. Porque si no estudian pueden ser celadores, pero si una mujer no estudia tiene que ser puta o señora del servicio.


No me parece justo. No estoy de acuerdo. No me recomiendo. No recomiendo los finales felices. No creo en los finales felices y como dice una amiga mía en su blog: “Que desilusión un final feliz. Me sentí engañada. Me pasó lo mismo que me pasa con las personas que siempre son felices, que además son bellas, queridas, amables, perfectas. No les creo. No existen. Solo pretenden ser. Y por eso me caen mal”