Imagen: 'Tecnologia moderna - Modern Technology' http://www.flickr.com/photos/17927408@N07/2448959338 Encontrada en flickrcc.net |
Sin duda alguna, el libro "La civilización del espectáculo" de
Vargas Llosa hace un llamado un poco simple y vano a la reflexión de la sociedad en que vivimos, pero
sobre todo de como construimos esa sociedad. Ya Michel Foucault lo había hecho
desenmascarando la supuesta “humanización” del hombre a través del paso a la
posmodernidad y Guy Debord lo llevó más allá con sus tesis del ocio y el espectáculo,
sin embargo, Vargas Llosa lo actualiza presentando ejemplos más cercanos a la
época actual y explicando una deconstrucción a la misma a través de la cultura.
La pregunta que sigue entonces es
qué tendría que ver el ejercicio periodístico con respecto a los problemas que hoy vivimos.
Pues bien, decir que el periodismo es una profesión más como la enseñanza, la
ingeniería, entre otras profesiones, es sesgarle la posición real en el entorno
y demeritarla.
A través del periodismo, podemos
ver como se construyen esos relatos y esos mitos que forman la base donde surge
la sociedad. No debemos olvidar que la construcción de la realidad, la hacemos
a partir del lenguaje.
Interpretar los hechos y
acontecimientos diarios, narrar historias y producir extensas crónicas son solo
los elementos técnicos que se presentan en el periodismo. Alrededor de esta
labor, también se encuentra la construcción de la opinión pública, de los
conceptos de pluralismo, de discurso y por qué no de democracia. A partir del
análisis periodístico, podemos permitirle al pueblo que cree su propio punto de
vista, que tenga voz y hasta que opine. Bien lo dice Vargas Llosa en su libro: “Si solo fuéramos los lenguajes que impone
sobre nosotros el poder nunca hubiera nacido la libertad”[1].
La opinión pública siempre ha
estado influenciada por el periodismo, por ejemplo, cuando surge el periodismo
participativo. A título personal no estoy muy de acuerdo con que a cualquier
persona que pueda generar contenidos en portales web o pueda compartir
información de su comunidad se le llame periodista, pero al fin y al cabo, como
dice Pierre Lévy, todos somos
prosumidores, en algún momento somos consumidores y a la vez productores.
No obstante, casos como el del
portal OhMyNews, que practica el
periodismo participativo y es uno de los portales de información en Corea del
Sur más influyente representa solo una parte del influjo que el periodismo
ejerce sobre la opinión. Es una muestra de que el hombre necesita expresarse,
necesita ser escuchado, necesita debatir sobre lo que pasa en su entorno.
Los teóricos Lazarsfeld y Katz,
exponentes del abordaje empírico-analítico en los estudios de la comunicación,
presentaron “el modelo de dos pasos”, el cual proponía que la información que
los medios de comunicación transmitían no llegaba directamente a los
individuos, sino que con anterioridad, llegaba a los líderes de opinión de cada
región, bien sea cosmopolita o un líder local. Los medios de comunicación
siempre han traído a los debates de opinión pública ideas específicas con
perspectivas específicas.
Por su parte, el primer capítulo del texto “Nosotros, el medio” de los autores Shayne
Bowman y Chris Willis se discute cómo la llegada de las tecnologías y los
medios digitales a la labor periodística, la han puesto en incertidumbre puesto
que narrar la cotidianidad en las plataformas transmediales se convierte en
algo fácil y rápido, además, que no es necesario haber estudiado periodismo
para hacerlo.
Uno de los ejemplos más impactantes en este momento en el mundo de los
blogs y las plataformas transmediales, es el caso del bloguero chino Han Han,
quien ha revelado videos sexuales en los cuales se ha visto involucrada a la
burocracia de su país, lo cual ha generado polémica desde cualquier punto de
vista, sobre todo desde el cuestionamiento que Vargas Llosa presenta sobre los
límites de una esfera pública versus la esfera privada.
La problemática que ahora debe
ocupar al periodismo es que ha sido cómplice de la sociedad del espectáculo,
dejándose seducir por la diversión como fin, como lo presenta Vargas Llosa en
su obra. Solo mediante el entretenimiento y las historias light, el individuo
logra olvidarse a sí mismo por un momento, dejándose inducir por la lógica del
mercado.
Futuros periodistas, que hoy se
encuentran en formación tenemos el reto de expandir el alcance de su profesión
al análisis crítico, la interpretación de los hechos y la generación de
opinión, más allá de construir perfiles de “artistas” o presentación de
programas de entretenimiento. Tampoco es necesario mostrar de una manera tan
apocalíptica al entretenimiento como lo muestra Vargas Llosa en su libro, pero
sí debemos replantear las formas de ejercer el periodismo, si su único
fundamento es el entretenimiento. ¿O acaso no hemos visto suficientes realities shows?
[1] VARGAS LLOSA, Mario.
“La civilización del espectáculo”.
Capítulo III: Prohibido Prohibir. P. 89. Editorial Alfaguara. Colombia. 2012.