¡Hola a todos!
Si han seguido las entradas al blog se pueden dar
cuenta de que el enfoque que ha tenido, desde unos meses atrás, ha sido
cibercultural.
Hemos debatido conceptos, les he informado sobre lo
que está pasando. Porque sí, ahora todos, TODOS somos nativos digitales. Yo
puedo decir que mi abuela no maneja un computador, pero tiene celular, llama y
además de todo es la reina del control remoto.
Hemos mencionado a Pierre Lévy (inteligencia
colectiva), Mariana Fossatti y Jorge Gemetto (arte digital), Diego Montoya
(cotidianidad), William Gibson (Neuromante), Marc Presnky (nativos digitales), Neal Sthepenson (Snow Crash).
Me detengo en esta entrada porque aunque es imposible
detener la escritura sobre cibercultura, se detiene como proceso académico. Sí,
era una tarea. Pero para mí fue una experiencia en la que aprendí mucho. Le
cogí amor a las tecnologías porque aprendí a conocerlas, a defenderlas cuando
me digan “boberry” (sic).
Hoy cito a Omar Rincón, profesor asociado de la
Facultad de Artes y Humanidades en la Universidad de los Andes, y a Jesús
Martín Barbero, uno de los teóricos que más ha avanzado en cuanto al estudio de
la comunicación en Colombia. Ambos latinoamericanos, ambos profesionales con
experiencia, ambos dándole la importancia a las tecnologías digitales.
No hay que tenerle miedo a esa nueva configuración
social, mucho menos mirarla apocalípticamente. Abramos nuestra mente y
brindemos un espacio a pensar qué estamos haciendo con las nuevas tecnologías,
para qué las utilizamos.
Agradezco a dos de mis profesores, Mauricio Vásquez y
Daniel Hermelín, por permitirme ver los medios y las tecnologías audiovisuales
de otra manera.
Espero que ustedes también hayan logrado cambiar su
visión de las cosas.
Aquél que dice
“es que ahora todo es distinto, antes era mejor”, le respondo con la frase del
maestro Rincón: “Y ahora somos, en simultáneo, 1.0 (silencio), 2.0 (masa),
3.0 (comunidad) y 4.0 (celebrities ciudadanas)".[1]
Por eso me
parece injusta una ley donde se anule el compartir y donde se nos quite la
democratización que el internet ha permitido.
Es como
cuando un video en Youtube dice que el contenido no está permitido en tu país.
Es como decir que hemos abandonado la televisión por las redes sociales. Es
olvidar que en Colombia hay más televisión que neveras. Es ignorar que en la
Bienal de Arte de Sao Paulo 2010, de 180 obras, 140 eran con imágenes, videos,
además de ser interactivas.
Omar
Rincón también afirma en ese capítulo, que “¡Quien no comulga en el evangelio
de las TIC, queda excomulgado! ¡A más internet, más democracia! ¡A más
tecnología, más libertad!”. (Página 182)
Es como ignorar que Soho en el 2009, utilizó realidad
aumentada para su portada. Es negar que Conocimiento Virtual, la academia en el
barrio Estadio, de Medellín, está apostándole al nuevo contexto.
Pues bien, Mayteck, junto con Gabo, se permiten
informarles que ya ustedes hacen parte de una nueva era. Que el hecho de que
haya televisión, Twitter, Smarthphones, etcétera, no quiere decir que la
interacción cara a cara pierda valor. De hecho, es una de las que más claridad
y fuerza tiene en la transmisión de un mensaje. Porque el 80% de que el mensaje
llegue y cómo llega depende de nuestra expresión física.
Les comparto el link, hacia un libro que realizamos en un Colectivo inteligente, llamado Staff Producciones, seis estudiantes del pregrado de Comunicación Social de la Universidad Eafit: Puro Cuento. Que son seis cuentos, guiados como contracultura, en una mirada dantesca, u apocalíptica de la cibercultura, como lo mencionaba antes.
[1]
Rincón, Omar. Bonilla, Jorge. Cataño, Mónica. Zuluaga, Jimena. De las audiencias
contemplativas a los productos conectados. Mapa de los estudios de las
tendencias de ciudadanos mediáticos. Tomado del Ensayo La vida más allá de las
audiencias. Rompiendo las pantallas, buscando la celebridad. Capítulo V. Página
182. Colombia. 2012.
excelente
ResponderEliminar