Ante la discusión de cómo las tecnologías y los
medios se han apropiado de la vida de las personas, el periodismo se ve
involucrado ante una incertidumbre en su definición.
¿Acaso el hecho de escribir en un blog, ya te
declara como periodista? ¿Acaso narrar una experiencia mediante fotos o
registrar la cotidianidad en otras plataformas transmediales es cumplir con una
labor periodística?
Este es el problema que se debate en el primer
capítulo del texto “Nosotros,
el medio” de los autores Shayne Bowman y Chris Willis.
El texto se refiere específicamente al periodismo
participativo, es decir, aquella información que es recolectada y publicada por
los ciudadanos en medios en línea. El único límite lo pone la tecnología.
A diferencia de los medios tradicionales, este
periodismo participativo funciona sin filtros. Caracterísitica que pone en duda
la ética de los mismos que ya están posicionados, puesto que la labor
periodística trata sobre interpretar los hechos. Es aquí donde la objetividad
entra en juego y comienza a ser parte del debate.
El periodismo participativo permite que cada
ciudadano narre los hechos según su propia experiencia, allí no importa a qué
público va dirigido, quién lo va a leer, no existe una sala de edición. En este
caso, la subjetividad que cada ciudadano tenga siempre estará presente.
Como comunicadores es importante tener en cuenta
al público y a los ciudadanos porque finalmente son ellos los que reciben todos
los mensajes que en determinado momento transmitimos.
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más influyentes en Corea del Sur.
Aplica el periodismo participativo. |
El periodismo participativo es un ejemplo de
creación colectiva. Donde hay retroalimentación que es algo esencial en la
sociedad en la que hoy en día estamos viviendo, porque somos nativos digitales,
que nos gusta estar en constante comunicación, tanto de receptores como de
emisores. Es decir, somos prosumidores, como lo menciona el texto y como el
teórico Pierre Levy también lo ha mencionado, una mezcla entre productores y
consumidores.
Sin embargo, es esencial que el comunicador, que
en ocasiones es periodista, no olvide su ética profesional, su preparación que
le permite interpretar los hechos de manera objetiva, con fundamentos, con
buenos argumentos, con fuentes que den respaldo a la información, entre otros
elementos con el que el periodismo participativo no cuenta.
¿Será que es posible que una persona, ciudadano,
solo con narrar una experiencia se convierta en periodista? ¿Dónde quedaron los
criterios periodísticos, en donde se establece que un periodista tradicional
debe retirarse de sus preceptos y prejuicios antes de comenzar a interpretar
los hechos?
La reflexión se encuentra
en la calidad de la información no sólo que brinden quienes escriban un blog, o
quienes practiquen el periodismo participativo, sino que esa calidad también la
exijan los lectores.
Susana Cossio y Mayteck Arenas