Para no olvidar...

Todos los seres humanos nacemos siendo originales y únicos. Lamentablemente muchos mueren copias. A.L. - Haz lo tuyo, siempre.

lunes, 9 de enero de 2012

Érase una vez...

(Cuento)
En el colegio la importancia que le daba a mis compañeros era mínima. Bueno, al menos eso pensaba. Luego… todo fue diferente. Cada día, despertaba y los veía insignificantes, sin futuro. Muchos de ellos no servirían “socialmente” para nada. Alcohol, música, bromas y sonrisas buscadas. Vagancia fija. Pero finalmente no me importaba. Aún sigue sin importarme, excepto con una persona de aquel grupo.

Ella era la niña más odiada por los niños. La chica fea, maloliente, fenómeno. Ese tipo de chica que solo tiene vida social gracias al aguardiente. Creo que estoy siendo muy cruel. Ah! Olvidaba que mi percepción de la realidad es un poco específica a veces.

¿Quién iba a imaginar que años después de esa convivencia iba a sentir impotencia por la actual suerte de aquella pequeña? Claudine, Claudine…

Claudine pasó por momentos difíciles en su vida familiar, la relación con su madre era un poco complicada, teniendo en cuenta que la señora nunca logró aceptar, ni supo llevar los cambios físicos de su pequeña a mujer.

Ya saben… planificar, menstruación, gusto sexual y lo más fuerte de todo el ensanchamiento de las caderas, de los senos y al tiempo de la barriga.

Ese momento en el que cada cosa que comes pasa por tu garganta pero termina finalmente pegado de tus caderas. Maldices a tu abuela por una genética obesa y tienes íconos famosos delgados y de cabello amarillento (“Blondies” que llaman).

Algunas madres no saben cómo manejarlo. Y si ellas que ya han pasado por eso y lograron a pesar de todo formar una “familia” con un prototipo masculino ocasionalmente barrigón o calvo, no logran manejar la situación, qué se puede esperar de una inmadura adolescente hormonal. ¿Ensayo/error?

En fin… Volviendo al tema Claudine tuvo grandes vacíos y problemas emocionales. Por ejemplo los desórdenes alimenticios en los que era de gran importancia Hilary Duff con sus curvas delgadas. Bueno, yo también tuve mis ídolos. Britney, Shakira, Salserín, Los Brothers, Fey, Joe Arroyo, El Tropicombo… No se… Fue una relación diferente, un toque más de lejanía.

En el último año del bachillerato este espécimen presentó unos cambios físicos que definitivamente llamaban la atención. Un toque de oscuridad absorbió su mundo. Al principio todos pensamos que era “Emo”. Luego de entrar en un análisis más detallado de su comportamiento llegué a la conclusión de que había algo más fuerte y oscuro. No era simplemente un ojo tapado por cabello. Así que decidí sentarme con ella y es-cu-char.

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Clase de Arte. 11 a.m.

Me senté junto a ella.

Debo aceptar que eso me trajo complicaciones después, ya que recibí rumores de que yo, Julieta, estaba caminando por los mismos pasos oscuros de Claudine. Entré en pánico, me calmé y pensé en mi complejo de superioridad intocable con el que veía a todos como inferiores. Fiuf! Ego, gracias por existir.

Me mostró sus dibujos. Ánime, mezclados con mitología, un poco de perfección y el reflejo de la basura que llevaba dentro. (Porque sí, aunque los veía inferiores pensaba que tenían alma).

Dibujaba la muerte con su respectiva oz, mujeres espectaculares con elegantes manos y guantes, largos vestidos, ceñidos a sus curvas devastadoras. Femme Fatales. Nikitas mitológicas. Ángeles sin género sexual con implacables alas.

Un dispositivo Mp3 de segunda que le había vendido algún amigo por dos pesos, con el display averiado. Emitía sonidos pesados, de batería y guitarra eléctrica. ¡Good Bye Hilary! Un aparato que representaba tanto para ella, pero que sus padres no le regalaban porque no estaban de acuerdo y una vez más no se lograban co-mu-ni-car con su hija, es decir, opinar y escuchar retroalimentaciones tratando de buscar el consenso en el discenso.


¡Wow! – Dije.


Un talento sin igual.

Pregunté por la formación recibida y lo único que recibí fue la palabra gusto, luego la asocié con “hobbie” y después quedé sorprendida.
A mis 17 años, estaba conociendo la futura genio creadora de sagas como Crepúsculo, Van Helsing, Marvel. Bueno, creo que Marvel no tiene comics en Manga y no estoy segura de que Van Helsing sea una saga… ¡Ups!

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Desafortunadamente nada de eso fue así.

Desafortunadamente esa genio se echó a la pérdida por una causa o por otra y ahora yo me siento tan impotente, tan nostálgica.

Tengo cerrado mi cerebro a esa realidad latente. Claudine no es una genio creadora.

Su madre murió. Su padre, gordo y calvo, se pasa con su actitud liberal. Sus abuelos maternos aunque pudiesen brindarle apoyo económico quieren que la pequeña rosada que bailaba con Hilary Duff, regrese de Notre Dame. Usando tacones y cambiando su nombre por alguna Ashley que exista.

Ahora, aún me pregunto por qué me duele tanto el corazón cuando pienso en su vida, en su desorden.

Dicen que cuando tienes un don, que aquel ser superior te regala no debes desperdiciarlo. Al contrario, debes compartirlo y aprovecharlo.


Supongo que a veces el futuro no es como debe ser. Lo planeado no sale como fue planeado y a quien menos imaginamos es en quien más pensamos.


Pequeña Claudine: Mi corazón, todavía te apoya. Nunca es tarde.

8 comentarios:

  1. a veces nos pasa, pero debemos hacer lo que se debe hacer y seguir creando nuestro camino, que buen escrito, me gusta muchisimo

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  2. Mmmmmm. Jajajaja. Querida bien, no te conocía esos dotes de escritora. Jajaja.

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  3. May no es tarde para la pequeña Claudine!,muy bueno el cuento y creo conocer a alguien de la historia :)

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  4. Hola, gracias por leer. Pero recuerda que es un cuento.

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  5. Andresitooo, gracias por leer... Esta es mi verdadera pasión

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  6. Excelente!...redacción que atrapa...tiene algo de magia, de realidad, de hechizo, de fantasia....

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