Para no olvidar...

Todos los seres humanos nacemos siendo originales y únicos. Lamentablemente muchos mueren copias. A.L. - Haz lo tuyo, siempre.

miércoles, 25 de abril de 2012

En honor a la cibercultura


¡Hola a todos!

Si han seguido las entradas al blog se pueden dar cuenta de que el enfoque que ha tenido, desde unos meses atrás, ha sido cibercultural.

Hemos debatido conceptos, les he informado sobre lo que está pasando. Porque sí, ahora todos, TODOS somos nativos digitales. Yo puedo decir que mi abuela no maneja un computador, pero tiene celular, llama y además de todo es la reina del control remoto.

Hemos mencionado a Pierre Lévy (inteligencia colectiva), Mariana Fossatti y Jorge Gemetto (arte digital), Diego Montoya (cotidianidad), William Gibson (Neuromante), Marc Presnky (nativos digitales), Neal Sthepenson (Snow Crash).

Me detengo en esta entrada porque aunque es imposible detener la escritura sobre cibercultura, se detiene como proceso académico. Sí, era una tarea. Pero para mí fue una experiencia en la que aprendí mucho. Le cogí amor a las tecnologías porque aprendí a conocerlas, a defenderlas cuando me digan “boberry” (sic).

Hoy cito a Omar Rincón, profesor asociado de la Facultad de Artes y Humanidades en la Universidad de los Andes, y a Jesús Martín Barbero, uno de los teóricos que más ha avanzado en cuanto al estudio de la comunicación en Colombia. Ambos latinoamericanos, ambos profesionales con experiencia, ambos dándole la importancia a las tecnologías digitales.

No hay que tenerle miedo a esa nueva configuración social, mucho menos mirarla apocalípticamente. Abramos nuestra mente y brindemos un espacio a pensar qué estamos haciendo con las nuevas tecnologías, para qué las utilizamos.

Agradezco a dos de mis profesores, Mauricio Vásquez y Daniel Hermelín, por permitirme ver los medios y las tecnologías audiovisuales de otra manera.
Espero que ustedes también hayan logrado cambiar su visión de las cosas.

Aquél que dice “es que ahora todo es distinto, antes era mejor”, le respondo con la frase del maestro Rincón: “Y ahora somos, en simultáneo, 1.0 (silencio), 2.0 (masa), 3.0 (comunidad) y 4.0 (celebrities ciudadanas)".[1]

Por eso me parece injusta una ley donde se anule el compartir y donde se nos quite la democratización que el internet ha permitido.

Es como cuando un video en Youtube dice que el contenido no está permitido en tu país. Es como decir que hemos abandonado la televisión por las redes sociales. Es olvidar que en Colombia hay más televisión que neveras. Es ignorar que en la Bienal de Arte de Sao Paulo 2010, de 180 obras, 140 eran con imágenes, videos, además de ser interactivas.
Omar Rincón también afirma en ese capítulo, que “¡Quien no comulga en el evangelio de las TIC, queda excomulgado! ¡A más internet, más democracia! ¡A más tecnología, más libertad!”. (Página 182)

Es como ignorar que Soho en el 2009, utilizó realidad aumentada para su portada. Es negar que Conocimiento Virtual, la academia en el barrio Estadio, de Medellín, está apostándole al nuevo contexto.

Pues bien, Mayteck, junto con Gabo, se permiten informarles que ya ustedes hacen parte de una nueva era. Que el hecho de que haya televisión, Twitter, Smarthphones, etcétera, no quiere decir que la interacción cara a cara pierda valor. De hecho, es una de las que más claridad y fuerza tiene en la transmisión de un mensaje. Porque el 80% de que el mensaje llegue y cómo llega depende de nuestra expresión física.

Les comparto el link, hacia un libro que realizamos en un Colectivo inteligente, llamado Staff Producciones, seis estudiantes del pregrado de Comunicación Social de la Universidad Eafit: Puro Cuento. Que son seis cuentos, guiados como contracultura, en una mirada dantesca, u apocalíptica de la cibercultura, como lo mencionaba antes.



[1] Rincón, Omar. Bonilla, Jorge. Cataño, Mónica. Zuluaga, Jimena. De las audiencias contemplativas a los productos conectados. Mapa de los estudios de las tendencias de ciudadanos mediáticos. Tomado del Ensayo La vida más allá de las audiencias. Rompiendo las pantallas, buscando la celebridad. Capítulo V. Página 182. Colombia. 2012. 

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